A pesar de lo risueña que era Zarai .Por momentos entraba en unos silencios y miradas impenetrables hacia la nada o hacia su interior. Provocada por algún recuerdo o pensamiento inoportuno que asaltaba su mente. Siendo en un comienzo enternecedor contemplarla ,luego se tornaba desesperante, mas si se ponía así para hacerse la loca y no responder alguna pregunta.
...EN FIN.
Tenia dieciséis años aunque parecía de diecinueve o veinte por su talla y cuerpaso. Su rostro era de belleza exótica y su hablar pausado con acento charapa acariciaba tiernamente mis oídos. Me volvía loco.
EL FIN...
No se despidió.¿No quizo?,¿no pudo?.No se. Tal vez regreso a Moyobamba, tal vez no. Solo la vieja de mierda su tía lo sabe.
Recuerdo su sonrisa, sus silencios y ese sexo apurado y con la ropa puesta que tuvimos.